RELATOS/CUENTOS

La casa vacía (de Eduardo Fornés)

Amarillas las paredes, ventanas cerradas, puertas trabadas. No importa lo quebrado y para qué la luz.

Tal vez, de tanto en tanto y al descuido, por alguna endija entre un rayo de sol, como puntero de fuego.

Suba y baje escalones, persiga a una araña aburrida, tras la cortina; descubra algunos centavos en una grieta del piso. Trepe la pared, roce con ternura las mejillas de una niña que espera, paciente, en una foto. Revise papeles que han quedado sobre la mesa.

Y, como entró sin saludar, se vaya sin despedirse para dejar todo como estaba en la casa vacía.

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Ayer por la tarde (de Eduardo Fornés)

Desde el pequeño canal, la garza me vigila temerosa, urga en la orilla y me mira, da un paso, dos, y me mira.

Picotea otra vez y me mira.    

Me alejo para que esté más tranquila, para que el cuadro sea perfecto, bello.    

Los arbustos esmeralda, pastizales limón, el agua entre musgo y cielo y la garza blanca.            
Que ahora sólo se dedica a picotear en las orillas del canal.

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El lápiz (de Eduardo Fornés)



Se levantó la mano, tomó un lápiz.
Dibujó, muchas cosas.
             Todas las cosas.
Libre del temor de no saber si era su mano la que conducía al lápiz.
Sin saber, ciertamente, si existía el lápiz.
Disfrutaba de las líneas y formas que ante sus ojos brotaban, unas tras otras.
Pero...
             Pero el tiempo feliz terminó.
Jugando con una línea, apenado, descubrió que terminaba en medio de su pecho, dándole forma a su corazón.

           Sí, a su corazón
                vacío y sin latido.

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