Que esta Navidad nos encuentre a todos con la bendita esperanza del regreso de Aquel que un día, siendo Dios Todopoderoso, se rebajó a nacer como un ser humano en un humilde pesebre, a fin de que por su vida y por su muerte, podamos nosotros gozar de la vida eterna.
¡Qué solemne es pensar que estamos transitando este mundo en las horas finales de su historia!
¡Cristo está a las puertas! ¡Ya viene!
Que en estas fiestas nuestros festejos
sirvan para ser un testimonio de su infinito amor.